Tipos de suelos de exterior para terrazas de composite
En la actualidad hay múltiples opciones a la hora de escoger un suelo de exterior para terrazas. Cada uno de ellos tienen sus características propias y por ende una serie de ventajas adquiridas. Gracias a las nuevas tecnologías, en la actualidad disponemos de múltiples alternativas a las típicas baldosas de gres que han decorado las terrazas a lo largo de muchas décadas.
Baldosas de composite.
Seguramente, de todas las alternativas, las losetas de composite es el elemento más sencillo de instalar a la hora de escoger un suelo de exterior. Las baldosas de composite se fabrican en varios tamaños y grosores. Su superficie está construida con lamas de composite, un material extremadamente resistente a la intemperie fabricado a bases de polímeros sintéticos (PVC) y fibras de madera natura.
Entre otras ventajas queremos destacas que se trata de suelos antideslizantes, resistentes a los rayos U.V. (no se decoloran), con un coeficiente de dilatación extremadamente bajo y que con el paso del tiempo no se erosionan, rajan o astillan. También cabe destacar que intentan simular eficazmente a la madera natural y que los encontraremos en diversos colores y acabados.
Tarima de exterior sintética.
Los suelos de composite, nombre que reciben las tarimas de exterior sintéticas, son un tipo de suelo de alta calidad, un piso resistente y duradero diseñado, pensado y construido con la finalidad de resistir a la intemperie sin generar mantenimientos periódicos.
La tarima de composite es un tipo de construcción que se eleva varios centímetros sobre el suelo mediante un entarimado que puede estar construido, con independencia del tipo de montaje que se precise, con rastreles de pino cuperizado, rastreles de composite o también de aluminio.
Las lamas composite se fijan mediante grapas a estos rastreles liberando la parte superior de la superficie de tornillos, clavos o grapas que con el tiempo puedan convertirse en un peligro para sus transeúntes.
Tipos de tarimas de composite
Existen varios tipos de tarimas de composite, según su estructura, podemos dividirlas en 3 grandes grupos: las macizas, las encapsuladas y las alveolares. Cada una de ellas está pensada para satisfacer unas necesidades concretas. No es no es lo mismo el tráfico que deberá sufrir un suelo que esté abierto al público por ejemplo, frente una playa al que deberá soportar un suelo de una terraza particular frente a una piscina.
De todas ellas existen multitud de acabados. Superficies lisas, superficies rayadas, ranuradas e incluso microperfiladas, simulando las imperfecciones de la madera natural.
Respecto a las ventajas inherentes de estas tarimas, encontramos que son resistentes a todo tipo de climas aunque estos sean muy adversos; que son un producto duradero que no se astilla ni se pudre con el paso del tiempo; son resistentes a todo tipo de plagas de moho, hongos o insectos; no se decoloran bajo el impacto de los rayos solares; que no precisan de mantenimientos especiales; que son resistentes al paso del tiempo pues no se erosionan frente a la humedad o el impacto del viento.
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